Sunday, November 15, 2020
Twenty fourth Sunday After Pentecost/Vigésimo cuarto domingo después de Pentecostés
7Be silent before the Lord God!
For the day of the Lord is at hand;
the Lord has prepared a sacrifice,
he has consecrated his guests.
12At that time I will search Jerusalem with lamps,
and I will punish the people
who rest complacently on their dregs,
those who say in their hearts,
“The Lord will not do good,
nor will he do harm.”
13Their wealth shall be plundered,
and their houses laid waste.
Though they build houses,
they shall not inhabit them;
though they plant vineyards,
they shall not drink wine from them.
14The great day of the Lord is near,
near and hastening fast;
the sound of the day of the Lord is bitter,
the warrior cries aloud there.
15That day will be a day of wrath,
a day of distress and anguish,
a day of ruin and devastation,
a day of darkness and gloom,
a day of clouds and thick darkness,
16a day of trumpet blast and battle cry
against the fortified cities
and against the lofty battlements.
17I will bring such distress upon people
that they shall walk like the blind;
because they have sinned against the Lord,
their blood shall be poured out like dust,
and their flesh like dung.
18Neither their silver nor their gold
will be able to save them
on the day of the Lord’s wrath;
in the fire of his passion
the whole earth shall be consumed;
for a full, a terrible end
he will make of all the inhabitants of the earth.
porque cercano está el día del Señor;
ha preparado el Señor un sacrificio
y ha purificado a sus invitados!
12 En aquel tiempo registraré Jerusalén con lámparas
para castigar a los que reposan tranquilos
como vino en su sedimento,
a los que piensan: “El Señor no va a hacer nada,
ni para bien ni para mal”.
13 En botín se convertirán sus riquezas,
sus casas en desolación:
“Edificarán casas,
pero no las habitarán;
plantarán viñas,
pero del vino no beberán”.
14 »Ya se acerca el gran día del Señor;
a toda prisa se acerca.
El estruendo del día del Señor será amargo,
y aun el más valiente gritará.
15 Día de ira será aquel día,
día de acoso y angustia,
día de devastación y ruina,
día de tinieblas y penumbra,
día de niebla y densos nubarrones,
16 día de trompeta y grito de batalla
contra las ciudades fortificadas,
contra los altos bastiones.
17 De tal manera acosaré a los hombres
que andarán como ciegos,
porque pecaron contra el Señor.
Su sangre será derramada como polvo
y sus entrañas como estiércol.
18 No los podrán librar
ni su plata ni su oro
en el día de la ira del Señor.
En el fuego de su celo
será toda la tierra consumida;
en un instante reducirá a la nada
a todos los habitantes de la tierra».
from one generation to another.
2Before the mountains were brought forth, or the land and the earth were born,
from age to age you are God.
3You turn us back to the dust and say,
“Turn back, O children of earth.”
4For a thousand years in your sight are like yesterday when it is past
and like a watch in the night;
5you sweep them away like a dream,
they fade away suddenly like the grass:
6in the morning it is green and flourishes;
in the evening it is dried up and withered.
7For we are consumed by your anger;
we are afraid because of your wrath.
8Our iniquities you have set before you,
and our secret sins in the light of your countenance.
9When you are angry, all our days are gone;
we bring our years to an end like a sigh.
10The span of our life is seventy years, perhaps in strength even eighty;
yet the sum of them is but labor and sorrow, for they pass away quickly and we are gone.
11Who regards the power of your wrath?
Who rightly fears your indignation?
12So teach us to number our days
that we may apply our hearts to wisdom.
Señor, tú has sido nuestro refugio
generación tras generación.
2 Desde antes que nacieran los montes
y que crearas la tierra y el mundo,
desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros,
tú eres Dios.
3 Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
cuando dices: «¡Vuélvanse al polvo, mortales!»
4 Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó;
son como unas cuantas horas de la noche.
5 Arrasas a los mortales. Son como un sueño.
Nacen por la mañana, como la hierba
6 que al amanecer brota lozana
y por la noche ya está marchita y seca.
7 Tu ira en verdad nos consume,
tu indignación nos aterra.
8 Ante ti has puesto nuestras iniquidades;
a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.
9 Por causa de tu ira se nos va la vida entera;
se esfuman nuestros años como un suspiro.
10 Algunos llegamos hasta los setenta años,
quizás alcancemos hasta los ochenta,
si las fuerzas nos acompañan.
Tantos años de vida, sin embargo,
solo traen pesadas cargas y calamidades:
pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros.
11 ¿Quién puede comprender el furor de tu enojo?
¡Tu ira es tan grande como el temor que se te debe!
12 Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
4 Ustedes, en cambio, hermanos, no están en la oscuridad para que ese día los sorprenda como un ladrón. 5 Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad. 6 No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio. 7 Los que duermen, de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche se emborrachan. 8 Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación; 9 pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo, sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. 10 Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos junto con él. 11 Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.
14 »El reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. 15 A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje. 16 El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil. 17 Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. 18 Pero el que había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
19 »Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. 20 El que había recibido las cinco mil monedas llegó con las otras cinco mil. “Señor —dijo—, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil”. 21 Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” 22 Llegó también el que recibió dos mil monedas. “Señor —informó—, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil”. 23 Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”
24 »Después llegó el que había recibido solo mil monedas. “Señor —explicó—, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. 25 Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo”. 26 Pero su señor le contestó: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? 27 Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses.
28 »”Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil. 29 Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. 30 Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.
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